Con el segundo semestre en marcha y un poco más afianzados en la modalidad virtual, desde la Cultu seguimos atravesando este año tan particular acompañando a los alumnos, a sus familias, fortaleciendo los lazos entre compañeros y buscando las mejores alternativas para que este proceso nos deje la mejor experiencia, tanto desde lo académico como desde lo humano.
En el ciclo de entrevistas hoy toca el turno de conocer a la teacher Gabriela, quien nos brinda detalles sobre el trabajo con sus alumnos, sus aprendizajes, el desafío de la virtualidad y el balance de este trayecto que los sigue movilizando y al que enfrentan poniendo lo mejor de sí.
-¿Cuánto hace que sos profe de inglés?. ¿Hace cuánto formás parte de la Cultural?.
Doy clases desde el 2007, soy profe de inglés y estudie en Tucumán. Desde antes de recibirme ya trabajaba dando clases en institutos, luego comencé en escuelas y con alumnos particulares.
En la Cultural estoy desde hace tres años y trabajo con todas las edades, niños, adolescentes y adultos. Tengo una mayor afinidad con los adultos y adolescentes, pero con los chicos me divierto mucho y la pasamos bien.
-¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?.
Lo que más me gusta es que es una profesión altamente gratificante, sobre todo por los logros que alcanzan los alumnos. Evaluar el proceso, la transición, desde el comienzo hasta cuando dejan de ser alumnos, y ver los logros es muy gratificante. Además de los progresos, también el cariño que se recibe y el poder dejar esa impronta en el alumno, en su memoria. Es súper lindo que te recuerden con cariño, creo que como docente es a lo que uno más aspira.
-¿Cómo enfrentaron este proceso? ¿Cómo fue la adaptación?.
Fue un año muy difícil, al que todavía no terminamos de adaptarnos porque cuando pensamos que volvemos a las aulas al final no volvemos, y hay que continuar. Lo más difícil es perder el contacto humano. No fue fácil, conlleva un constante cambio, las diferentes aplicaciones y herramientas tecnológicas son tan múltiples y variadas que uno piensa que no termina de aprender nunca, pero si bien cuesta, esta todo para solucionarlo.
Tuvimos que aprender mucho, en algunos casos hubo algunas dificultades, pero lo vamos sobrellevando. Yo soy muy inquieta y estoy siempre tratando de aprender cosas nuevas. Todo lo que fue adentrarnos en esta cultura digital, si bien fue muy difícil, es una experiencia muy enriquecedora, es algo que no solo nos está sirviendo para este momento, sino para poder incorporarlo en el futuro.
Con respecto a la adaptación, los chicos en algunos casos tuvieron algunas dificultades, pero lo van logrando con el tiempo. Algunos están más acomodados, a otros les cuesta un poco más, pero todos le ponen la mejor onda, tienen la intención de seguir aprendiendo, ninguno quiere perder la oportunidad de aprender y tampoco pierden el interés. Si bien por ahí se bajonean, por todo lo que esta situación implica, le siguen poniendo toda la buena onda y eso es algo que yo admiro muchísimo de mis alumnos.
-¿Tuviste que modificar la planificación o los contenidos?.
Sí, tuve que hacer algunas modificaciones en la planificación y contenidos en función de los objetivos. Afortunadamente, tanto los objetivos pautados a principio de año como los nuevos pudieron lograrse.
Siempre hay alumnos más fuertes lingüísticamente que otros, pero en líneas generales los objetivos fueron alcanzados equitativamente por todos los grupos, así que en ese sentido estoy muy conforme porque para poder lograr los objetivos, que son muchos, y en un año como este, realmente tiene que haber una cuota de esfuerzo muy grande. Finalmente se pueden ver los frutos y ellos están aprendiendo frente a estas adversidades.
-¿Cómo fue el trabajo en equipo y la contención del instituto?.
Me sentí acompañada todo el tiempo, yo tuve algunos inconvenientes (como la mayoría) y trabajé en conjunto con la coordinadora, estuvimos en contacto permanente; ella me acompañó, aconsejó y estuvo atenta. Después con mis compañeras siempre estamos compartiendo ideas, nos pasamos datos, recomendamos actividades, material, socializamos las capacitaciones, estamos conectadas y siempre hay una palabra de ayuda, alguien que te da un empujoncito cuando uno lo necesita, siempre hay alguien que acompaña.
-¿Qué les aportó esta modalidad?.
Esta modalidad, y más que nada esta situación, nos llevó a repensarnos como personas porque nos ayudó a aprender, a medirnos en nuestros niveles de tolerancia frente a situaciones de estrés, a lidiar con cosas desconocidas. Aprendimos mucho de cuanto somos capaces de hacer cada uno de nosotros, y mucho tiene que ver con la capacidad de ajustarse y ver qué tan grande es el nivel de tolerancia en cuanto a lo emocional, lo intelectual, a todo. Es una grandísima prueba para los que estamos en educación, pero fue una enseñanza que no paso solo por aprender a manejar lo digital. En mi caso personal me enseñó a conocerme más a mí misma, ver hasta dónde puedo llegar y que puedo dar en relación a lo que pienso que puedo.
-¿Cómo crees que va a seguir la enseñanza después de este año?.
Creo que es totalmente posible a futuro integrar las dos modalidades para pensar la educación de una manera diferente. Sería un despropósito después de todo lo que aprendimos, que cuando salgamos de esta situación lo dejemos en el olvido.
-¿Cuáles son las expectativas para lo que queda de este año?.
Vamos a seguir trabajando, innovando como lo venimos haciendo, probando cosas nuevas, porque esto es un cambio constante, hay que ajustarse todo el tiempo. Hasta ahora los grupos vienen muy bien y esperemos que podamos alcanzar los objetivos propuestos como lo venimos logrando hasta ahora.