De un día para otro la vida cotidiana se modificó y debimos buscar la forma de adaptarnos a los tiempos de aislamiento. Esto implicó la búsqueda de alternativas para encontrar nuevos modos de estar juntos y aprender en casa. También nos dio la oportunidad de repensar la enseñanza-aprendizaje y los nuevos vínculos para implementar herramientas de contención y acompañamiento.
En estos casos la continuidad académica resulta clave no sólo para no interrumpir las rutinas de estudio, sino para mantenernos activos, estimulados y ocupados. La inestabilidad emocional de estos momentos juega un papel muy importante en los procesos de aprendizaje, por eso es necesario reformular los métodos para no afectar el rendimiento, pero evitando a la vez la presión y frustración.
De esta forma, buscamos que el contenido no quede aislado del contexto y que sea una herramienta que nos permita conectar con otros aspectos de la vida cotidiana fuera de lo estrictamente académico.